Si pudiera decirte que no
olvidé tu boca
son únicos los besos que me
has dado
posiblemente hoy que estamos
lejos
algún recuerdo vague por tu
mente.
Pero ya no, nada es lo mismo
ni tu ni yo la misma melodía
ni esta velocidad desmesurada
lo que sentí una vez quedó en
el tiempo
tan estrecho y tan ancho como
un llanto.
Este otoño me trae melancolía
es la tristeza un potro mal
domado.
Las estrellas de tus ojos se
durmieron
detrás de los temblores de
tus párpados
Jamás supiste ver como tu
ausencia
dejó mi corazón en carne
viva.
Se murió la pasión cegó su
fuego
dejándome el orgullo quebrantado.
Aquella luna llena este dolor
tardío
aquel bello designio este
marzo dorado
los proyectos de ayer este hoy
dolido
los niños, la vejez, las
ilusiones
las locas fantasías del
pasado.
Este otoño me duele hasta en
la sangre
me crispa la razón y las
entrañas
cuatro letras dos signos y
una rosa
la cara entre los dedos y una
lágrima
el cielo azul la noche
sigilosa
mi soledad, los grillos, las
campanas
sonidos que al pasar recoge
el viento
y los siembra en la oreja de
mi alma.
Si pudiera decirte simplemente
que vivo, muero y sueño cada
día
con un raro esplendor en la
mirada
un coraje fechado en el
olvido
y un tedio que no cabe en las
palabras
melancolía y más melancolía.